Los diaristas del hotel atentos a mi vista duraron más tiempo esta vez, y no pude resistirme a ceder a sus deseos

El ojo vigilante de los diaristas del hotel sobre mí duró más tiempo esta vez, y no pude resistirme a ceder a sus deseos.Al acostarme en la cama, pude sentir sus ojos sobre mí, y sabía que ella me deseaba.No pude resistir su mirada, y comencé a tocarme, imaginando sus manos sobre mí.De repente, sentí su mano en mi muslo, y gemía de placer.Ella estaba ahí mismo, viéndome mientras me ponía al clímax.No podía dejar de mirarla, y podía sentirme mojada.Finalmente, ya no podía estar en silencio, y dejé escapar un sonoro gemido mientras me sonreía.Ella me sonrió, y luego se inclinó para besarme.Sabía entonces que ella era mi pareja perfecta, y yo era suya para siempre.